Crítica de "Los Justos": Tres viejitos, la funeraria y una conspiración mafiosa

La narrativa gira en torno a Atilio, interpretado por Arturo Puig, un residente de un geriátrico que, por casualidad, descubre una conspiración mafiosa que involucra a empresarios funerarios y organizaciones delictivas. Decidido a descubrir la verdad, Atilio, junto a sus compañeros de residencia, emprende una cruzada llena de peligros y situaciones absurdas.

El elenco, que incluye a Claudio Rissi, Claudia Lapacó y Muriel Santa Ana, ofrece actuaciones sólidas que complementan el tono agridulce de la narrativa. Arturo Puig se destaca en su papel de Atilio, aportando una mezcla de vulnerabilidad y determinación que resulta convincente. Los personajes secundarios, aunque a veces estereotipados, aportan un dinamismo que mantiene el interés a lo largo de la historia.

La dirección de Piñeiro se caracteriza por una puesta en escena moderna que, en ocasiones, parece desentonar con el tono de la trama. La estética, cuidadosamente elaborada, logra momentos de gran impacto visual, aunque hay puntos donde ciertas decisiones se sienten forzadas y descontextualizadas.

Con una paleta de colores cuidadosamente seleccionada, la fotografía no solo realza los momentos de humor y tensión, sino que también refleja la dualidad de los personajes y las situaciones. Los encuadres y la iluminación contribuyen a crear una atmósfera que oscila entre lo cómico y lo sombrío, complementando así la narrativa satírica.

El guion se nutre de un humor absurdo que, si bien logra arrancar risas, a veces cae en excesos que desdibujan el ritmo de la narración. La mezcla de géneros, aunque interesante, no siempre se integra de manera fluida, dejando en el aire una sensación de irregularidad tonal.

A pesar de estos altibajos, Los Justos es una propuesta que destaca por su originalidad y por el esfuerzo de su elenco. La película ofrece una mirada satírica y crítica sobre temas de corrupción y moralidad, envuelta en una narrativa que invita a la reflexión desde el humor y el absurdo.