Crítica de "Clanes": Intrigas y narcotráfico en la Costa Gallega

Esta serie, nacida de un guion de Jorge Guerricaechevarría y dirigida por Roger Gual, comienza en el presente cuando el padre de Ana, una exitosa abogada interpretada por Clara Lago y residente en Madrid, aparece tiroteado en su embarcación de recreo en Canarias.

Este trágico suceso impulsa a Ana a dejarlo todo y mudarse a Cambados, donde decide investigar por su cuenta quién está detrás del asesinato de su padre. Al llegar al pueblo costero, abre un despacho para ofrecer sus servicios jurídicos, lo que la lleva a conocer a Daniel (Tamar Novas), hijo de uno de los narcotraficantes más notorios y cabeza visible del clan "Padín". Daniel es un joven honrado y sensible, reacio a la violencia.

El padre de Daniel, José Padín, está a punto de salir de prisión tras muchos años, debido a un supuesto soplo de uno de los suyos. Paralelamente, la serie presenta a Berta, interpretada por María Pujalte, cuya caracterización resulta excesiva (sobran las pelucas mal puestas). Pujalte brilla en su papel de madre y abuela luchadora, y su hija la ayuda a regentar el bar del pueblo, a pesar de los problemas constantes en un ambiente asfixiante, donde las peleas y crímenes entre clanes suelen tener lugar en esa cafetería.

Ana descubre, al leer el testamento de su padre, que Berta y su hija tuvieron un papel crucial en su vida, lo que añade otro misterio a su investigación. Apenas llega a tierras gallegas, Ana se ve desbordada: tanto el clan Padín como Berta y otros familiares buscan su ayuda legal. Mientras tanto, los esbirros de Padín la mantienen bajo vigilancia.

En medio de esta tensión, surge una historia de amor entre Daniel y Ana. Los escenarios, que incluyen persecuciones policiales en las rías, están bien logrados y aportan dinamismo a la trama. Sin embargo, la química entre los protagonistas no termina de convencer, pese al buen trabajo actoral de Clara Lago y Tamar Novas. La serie, que incluye saltos temporales, deja demasiadas lagunas y frentes abiertos al término de su primera temporada.

A pesar de sus fallos, Clanes entretiene gracias a sus dos personajes principales y algunos misterios familiares sin resolver. No revelaremos cuántos personajes perecen en medio de los conflictos, pero son varios. La serie muestra incongruencias y tramas inacabadas que esperamos se resuelvan en una segunda temporada, aunque conociendo a Netflix, existe la posibilidad de que la ficción quede inacabada.