Malba
Crîtica de "La gruta continua", Julían D'Angiolillo desciende a las profundidades de la Tierra
Julían D'Angiolillo (conocido por sus películas "Hacerme feriante" en 2010 y "Cuerpo de letra" en 2015) demuestra una vez más su maestría documental al adentrarse en el fascinante universo de la espeleología, la ciencia dedicada a explorar cuevas, grutas y cavernas.
La película trasciende las fronteras geográficas y nos lleva a lugares tan diversos como Italia, Eslovenia y Cuba, donde los secretos de la Tierra aguardan ser desvelados. A medida que descendemos a las profundidades de la tierra, nos adentramos en una serie de mundos subterráneos que, a pesar de su proximidad a la superficie, han permanecido en gran parte invisibles para la mayoría de los humanos.
La gruta continua (2023) no es simplemente un documental sobre espeleología; es una inmersión en las conexiones entre la humanidad y las entrañas de la Tierra. El director logra vincular a través de imágenes cautivadoras, en las que la quietud cobra vida, a un variado grupo de personas que exploran este mundo subterráneo. En este proceso, la narración revela no solo la belleza de las grutas y cavernas, sino también la profunda relación que los seres humanos han mantenido con estos lugares a lo largo de la historia.
D'Angiolillo despliega la espeleología como una coreografía fascinante, una danza íntima y emocional entre la naturaleza y el ser humano. Esta representación poética trasciende las limitaciones del género documental y se convierte en un viaje visual y sensorial verdaderamente asombroso, un testimonio de la sinfonía de la Tierra y la humanidad. A través de su lente, las profundidades de las cuevas se transforman en un escenario vivo y en constante evolución.
Además de la belleza natural y la exploración, el documental ahonda en la historia, fusionando el pasado y el presente. La gruta continua invita a explorar no solo las maravillas naturales ocultas bajo la tierra, sino también la conexión humana con la naturaleza. D'Angiolillo logra una vez más revelar un mundo enigmático y subterráneo, permitiéndonos apreciar la belleza y el misterio de las profundidades de la Tierra de una manera que pocas películas han conseguido.
La gruta continua trasciende las fronteras convencionales del documental y sumerge al espectador en un viaje que no solo desvela los tesoros ocultos del mundo, sino que también despierta una apreciación renovada por la exploración, la naturaleza y la intrincada red de la historia humana y geológica que subyace bajo nuestros pies.
