Miércoles a domingo en el Teatro Sarmiento

Florencia Otero al frente de una montaña rusa emocional que atraviesa “Personas, lugares y cosas”

“Para construir a Emma, profundicé mucho en mí como instrumento”, recordó la actriz, post función, en diálogo con EscribiendoCine.

Florencia Otero al frente de una montaña rusa emocional que atraviesa “Personas, lugares y cosas”
lunes 01 de julio de 2024

Generalmente, en una obra de teatro se busca que el público transite de la manera más próxima posible la historia abordada en el escenario, y a partir de diferentes recursos artísticos y técnicos esta finalidad puede cumplirse en mayor o menor medida. En la adaptación argentina de Personas, lugares y cosas, escrita por el inglés Duncan Macmillan, traducida por Nicolás Piccardo, dirigida por Julio Panno y protagonizada por Florencia Otero, a lo largo de dos horas, los espectadores se olvidan de que están en el Teatro Sarmiento y no solo ingresan al centro de rehabilitación donde está internada la actriz Emma por su adicción a las drogas y al alcohol, sino que, además, se adentran en su propia mente, percibiendo de cerca sus ambiguos pensamientos y sentimientos.

Durante su estadía, la protagonista, acompañada por enigmáticos y singulares sujetos, se enfrenta a distintas problemáticas. La más explícita tiene que ver con su consumo desmedido de sustancias psicoactivas, de hecho, el título del espectáculo refiere a una de las máximas de la recuperación, que consiste en distanciarse de aquellas personas, lugares y cosas que la acercan a ese peligroso hábito. Asimismo, tiene que afrontar su constante necesidad de interpretar personajes y relatar circunstancias que en principio comparte como propias y suenan verosímiles, pero se desconoce su grado de verdad.

Una de las grandes virtudes de la puesta escénica es su trascendencia emocional. Sin importar si el espectador está sentado en la primera o en la última fila de la sala, en el sector izquierdo, central o derecho, en la platea o en las butacas especiales dentro del escenario, la sensación es la misma: un golpe al corazón, una piña en la cara, un salto -sin paracaídas- al vacío. Es que, Emma, presionada por el éxito, la necesidad de encajar y la búsqueda de la propia identidad, puede ser alguien desconocido, un ser querido, incluso uno mismo.

La propuesta artística permite vivir la soledad en el marco de un ritual colectivo como es todo acontecimiento teatral. Es decir, por la potencia de la obra, cada persona puede experimentar el aislamiento aunque esté rodeada de pares, o bailar de forma errante música electrónica -a cargo del DJ Taiu- en los minutos de intervalo, o vibrar con la constante y creciente tensión de los monólogos y los diálogos de los roles ficticios a pesar de que haya varios pasajes de descompresión.

En primera persona

Para construir su personaje, Florencia Otero debió entrar en múltiples estadios del mismo. “¡Fue un viaje hermoso! Profundicé mucho en mi como instrumento y en un montón de cosas en las que no estaba inmersa, por ejemplo, la filosofía. Además, hay muchos textos de ella que me tocan por todos lados, como un monólogo en el que habla acerca del teatro, del placer que te da hacerlo, de lo loco que es que te guste tanto ser otro y de encontrar en autores palabras que uno siente propias. Se termina haciendo un autoconocimiento enorme en base a palabras y a otros seres”, explicó.

A continuación, en cuanto a la premisa teatral, centrada en el 'aquí y ahora ', planteó: “Cada función es única e irrepetible. Es un poco el arte de la repetición y de encontrar siempre el asombro, mantenerlo vivo. Los espectadores nunca reaccionan de la misma manera. Hay algunos lugares en donde más o menos sabés que puede pasar cierta cosa, pero a veces se conmueven, o ríen, en momentos en los que no lo esperábamos, surgen incomodidades o escapes emocionales”.

Tomando el título de la obra como punto de partida, pero pensando en personas, lugares y cosas que influyen de manera positiva en su propia vida, la actriz reflexionó: “Personas, Germán y Nina, que son mi marido y mi hija. Lugar, mi casa, por siempre. Y cosa, no sé, creo que no me aferraría a ninguna, ¡con tener un abriguito andamos bien!”.

Tomar nota

Personas, lugares y cosas se presenta de miércoles a sábados a las 20, y domingos a las 19, en el Teatro Sarmiento (Av. Sarmiento 2.715, Capital Federal). El elenco lo completan: Beatriz Spelzini, Carlos Kaspar, Nelson Rueda, Coni Marino, Gabriel Rovito, Santiago Racca, María Latzina, Estefanía D’Anna, Roco Sáenz, Fiore Provenzano y Marina Artigas. Entradas a la venta en Ticketek.

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