Crítica de "Winnie Pooh: Miel y sangre 2": La secuela del oso feo, sucio y malo

El éxito de Terrifier 2 (2022) trajo consigo un revival del slasher sucio y truculento del pasado. Un cine oscuro y perturbador que parecía haber quedado en las estanterías de los videoclubes para siempre. Estas producciones tienen una lógica de bajo presupuesto, actuaciones esquemáticas adrede, máscaras y mucho morbo, para representar la maldad en estado puro. Seres demoníacos construídos como entidades inhumanas capaces de llevar adelante matanzas despiadadas. 

Winnie Pooh: Miel y sangre 2 (Winnie-the-Pooh: Blood and Honey 2), dirigida por Rhys Frake-Waterfield y escrita por Matt Leslie, pone el foco en Pooh, Piglet, Tigger, y Búho, quienes están decididos a castigar a Christopher Robin (Scott Chambers, con un extraño parecido a Messi) por exponer su existencia al mundo. Con la comunidad de Ashdown sumida en el pánico, Christopher busca ayuda para enfrentar a los agentes del caos, quienes continúan su racha de cruentos asesinatos.

Esta secuela del film que transformó en monstruos a los adorables personajes de A. A. Milne y E. H. Shepard, cuenta con un presupuesto diez veces mayor que el de su predecesora, lo que se refleja en la mejora de la calidad visual y los efectos especiales. Shaune Harrison, conocido por su trabajo en producciones de alto perfil como Guerra Mundial Z, la franquicia de Harry Potter, y Juego de Tronos, se encargó del diseño de criaturas y sangre, mientras que Paula Anne Booker dirigió los efectos especiales, logrando una atmósfera claustrofóbica y asfixiante. 

Dicho esto, la película sigue siendo oscura y fea de ver. Esa suciedad producto de la esencia del slasher -el cine basura- le juega en contra a la cinta que olvida la importancia de crear imágenes perturbadoras pero pregnantes, que queden grabadas en la pupila del espectador. Esa búsqueda que convirtió en personajes de la cultura popular a Freddy Krueger, Michael Mayer y Jason Woorhees, no logra del todo imponer a Pooh y su pandilla, personajes a mitad de camino entre temibles asesinos y tipos disfrazados que simplemente hablan raro.

Winnie Pooh: Miel y sangre 2 expande el universo sombrío de la primera película, y pretende establecer un nuevo estándar en el género del slasher con su furiosa y sangrienta carnicería. Una experiencia cinematográfica por momentos desagradable que transforma la nostalgia en puro horror.